MARTINEZ DAIRY UNA VAQUERIA LOCAL QUE ALIMENTA A PUERTO RICO

[vc_row][vc_column][vc_single_image image=»1209″ img_size=»large» add_caption=»yes» alignment=»center» onclick=»link_image»][vc_column_text]Por Lilly Rivera
Go! Healthy PR

Los hermanos Enrique y Pablo Martínez Loarte, disfrutan la vida y el trabajo en Martínez Dairy, ubicada en el Barrio Pugnado Adentro en Vega Baja, Puerto Rico.

“Yo me siento feliz. Tengo el trabajo ideal. Veo muchas cosas por ahí. Veo las vacas pariendo. Mi papá y nosotros hemos sido bien cuidadosos. Nosotros no le damos a los animales ni le gritamos, somos bastante amigables”, expresa Pablo.

“Es mejor trabajar con animales que con las personas”, añade Enrique.

Enrique y Pablo, de 27 y 28 años de edad respectivamente, están a cargo de la Vaquería Martínez, fundada en el 1985 por su abuelo paterno Ángel Martínez y su papá Manuel en el Barrio Pugnado de Vega Baja.

Enrique posee un bachillerato en Industria Pecuaria y una maestría en Nutrición de Ganado del Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), además de trabajar en la vaquería de su familia, brinda asesoría al personal de las vaquerías de los municipios de Hatillo y Arecibo.

Pablo, es graduado bachillerato en Gerencia de Recursos Humanos de la Universidad Interamericana, Recinto de Arecibo. Es el administrador “24/7 ” de la vaquería.

La familia Martínez vive en los terrenos de la vaquería conocida en las redes sociales como Martínez Dairy. Allí hay 270 animales; 93 de ellos productores de leche.

Vivir en la finca, confiesan los hermanos Martínez, facilita el buen manejo de crianza de sus vacas de raza Holstein y Jersey.

¿Qué raza de vaca lechera se usa en Puerto Rico?

La raza que predomina en las vaquerías de Puerto Rico es la Holstein (vaca blanca y negra), debido a que se adapta más al clima tropical y es más eficiente a comer y producir leche.

No obstante, algunos ganaderos prefieren tener vacas de raza Jersey porque queda preñada más ligero que la Holstein. Además, tienden a ser más resistentes a enfermedades y a los partos, manifiesta Gaspar Dávila, médico veterinario graduado en el 1976 de la Universidad de Kansas en los Estados Unidos.

Hay quienes tienen ambas razas en sus ganaderías como los Martínez. Otros ganaderos optan solo por las vacas blancas y negras por ser mayores productoras de leche.

Y “últimamente el ganadero puertorriqueño está cruzando las vacas Jersey con las Holstein”, dice el veterinario.

Go! Healthy PR hizo un recorrido por Martínez Dairy, junto a Pablo y Enrique. Te contamos cómo operan la vaquería.

Crianza

Las becerras recién nacidas tardan entre media hora a una hora en pararse.

Son separadas de su madre el mismo día para proteger la ubre de la vaca.

“Ese becerro que está fuerte empieza a darle cantazos a la ubre y puede lastimar la ubre. Es una ubre delicada porque es una ubre hecha, hecha por el hombre prácticamente. Mientras más ligero vaya esa leche al tanque, más ligero el ganadero cobra. Un día o dos de leche que no dé la vaca, está perdiendo de ganar”, explica el doctor.

Así que, las bebés son identificadas con números y ubicadas en jaulas individuales para desarrollarlas mejor y más rápido, expresa Enrique.

Hasta los dos meses de nacidas las becerras consumen leche, alimento concentrado y agua.

La combinación del alimento de las becerras denominado “starter” por los ganaderos, consiste en maíz, que es la fuente de carbohidratos para darle energía, la soya que contiene proteína y la cáscara de trigo, rica en fibra.[/vc_column_text][vc_single_image image=»1211″ img_size=»large» add_caption=»yes» alignment=»center» onclick=»link_image»][vc_column_text]La colonia

Cuando las becerras cumplen dos meses de nacidas las agrupan en la colonia.

La colonia es un espacio amplio cercado, que se usa para que las vacas jóvenes (novillas) se familiaricen y creen jerarquías.

El piso de la colonia puede ser de arena, pero Enrique prefiere el cemento porque “se pega la manguera, es mas fácil de limpiar”, y esto ayuda a prevenir enfermedades en los bovinos.

Martínez Dairy tiene alrededor de 25 novillas en la colonia. Estas permanecen allí hasta los seis u ocho meses, dependiendo de su desarrollo.

Luego pasan a la finca de pastoreo en tamaño y peso ideal. Allá se desarrollan, pastorean todo el tiempo, se empadronan más o menos al año y medio o dos años.

La rumia

Las vacas son animales rumiantes y descansan mucho durante el proceso de la rumia. Pueden pasar 8 horas rumiando de pie o acostadas de acuerdo a su predilección.

Tienen un estómago bastante grande. Cuando se satisfacen se acuestan. Van consumiendo el forraje, devuelven la comida a la boca, la remastican y la resalivan para digerir bien. Eso se llama rumia.

La partícula de forraje es bastante larga y muchas veces gruesa, si ella no tritura esa partícula bien, no puede haber digestión adecuada. Su estómago está dividido en cuatro partes”, expresa Enrique.

Las vacas tienen el PH neutro, esto permite a las vacas que haya crecimiento de bacterias dentro de su estómago.

Ningún mamífero en la tierra tiene la capacidad de digerir la fibra, la vaca tampoco, pero los microorganismos degradan la fibra y la vaca absorbe los nutrientes del alimento”, explica Enrique quien es experto en alimentación de ganado.

Cómo preñan a la vaca

Hay dos métodos de preñar a la vaca.

La monta natural con un toro que se encarga de “hacer el trabajo”, y, la inseminación artificial con semen “sexiado” como describe el doctor Gaspar Dávila.

En Martínez Dairy eliminaron los toros porque cuando se enamoran de una vaca son riesgosos.

“El toro brinca, rompe verja. Hay muchas vaquerías que utilizan el toro. La inseminación artificial lleva años. La recomendamos pero debido a la estrechez económica, muchos no la usan. Tienden a tirar, ellos (los toros) identifican las vacas en celo, cada 21 días la vaca está en celo. La vaca libera feromonas y él (el toro) sabe que ella está en celo”, explica el agente agrícola.

Enrique y Pablo están certificados en inseminación artificial, por lo que se encargan de todo el proceso. Compran el semen de los toros en Estados Unidos.

El doctor Gaspar Dávila quien atiende la salud del ganado de leche en varias vaquerías en Puerto Rico, incluyendo Martínez Dairy, asegura que el proceso de inseminación es muy eficiente. Reconoce que “Pablo es muy buen inseminador”.

Para obtener buen ejemplar, el veterinario recomienda que la inseminación de la vaca se haga con el semen de un toro de su misma raza.

Ventajas de inseminar

“Nosotros utilizamos inseminación artificial. Porque entendemos que tiene un montón de beneficios. Se entiende que es más costoso. Pero evitamos la transmisión de enfermedades de vaca a vaca a través del toro. Cuando un toro monta una vaca que está infectada y monta a otra vaca la puede infectar. Nos facilita el manejo. Sabemos cuando la inseminamos y cuando va a parir. Si la preña el toro, tendríamos que llamar a un veterinario más rutinariamente para que venga a detectar preñez y desarrollo del feto”, detalla Enrique.

El 90% de los becerros que nacen, son hembras.

La vaca comienza a dar leche cuando pare por primera vez (dos a dos años y medio de nacida). Una vaca puede tener de cuatro a cinco pariciones.

A los 45 días de parto un veterinario la examina para asegurar que haya una involución uterina y determinar cuando se puede volver a inseminar.

Pero desde su alumbramiento está dando leche por 305 días. A los 305 días la secan (periodo de descanso de 60 días sin producir leche).

En promedio una vaca produce 17 litros de leche por día. La leche de las vacas que estén en tratamiento con antibióticos no se usa, aclara Enrique.

Las vacas necesitan paz para poder llevar a cabo el ordeño que toma unos siete minutos por vaca. Son animales de rutina.

La vaca que llega primero a la línea de producción, por lo general llegará primero el resto de las veces.

“Cualquier cosa que rompa su rutina las entra en estrés, si está acostumbrada a poca gente y llega un grupo grande les da estrés”, asegura Pablo.

Aunque la hora de ordeño varía de vaquería en vaquería. Pablo prefiere el ordeño a las cuatro de la mañana y a las cuatro de la tarde cuando la temperatura es fresca, porque el calor también las altera.

Este horario “facilita mucho el manejo de la vaquería porque los empleados de campo llegan a las siete de la mañana y a esa hora ya el ordeño ha terminado”, puntualiza el joven administrador.

Durante el ordeño, distraen a las vacas con comida (pasto y alimento concentrado).

Enrique ha observado que las vacas que más producen leche son las que más alimento comen.

Otra distracción efectiva para las vacas lecheras, es la música. Pablo les pone “salsa” y asegura que las relaja.

Teníamos un ordeñador que les ponía reggaetón”, dice Pablo quien estalla en risa cuando Go! Healthy PR le pregunta si la música es para las vacas o para el que las ordeña.

La leche de la vaca Jersey es más grasosa. Sin embargo, la leche de ambas razas es buena, señala Gaspar Dávila. Cuando las vacas dejan de producir leche se venden a las ganaderías para carne.

Recogido de la leche

En Puerto Rico hay tres plantas elaboradoras de leche.

Tres Monjitas y Suiza Dairy, que recogen leche en las vaquerías, e, Indulac que utiliza el excedente de ambas compañías.

El tanque de almacenamiento de Martínez Dairy, tiene capacidad para guardar hasta 5 mil litros de leche fresca y de acuerdo con Enrique, se llena en dos días.

Los Martínez le venden la leche a Suiza Dairy. Un funcionario de la elaboradora llega a la vaquería en un camión con tanque a recoger la leche cada dos días.

Pero “si la leche apesta, el chofer la deja. Otro camión tiene que venir a buscarla. La leche se deja por mal olor o por temperatura inadecuada. Debe estar fría”, explica el veterinario.

Si no se percibe mal olor, el empleado de la elaboradora toma dos muestras de la leche almacenada, las sella, deja una en la vaquería y se lleva la otra y los 5 mil litros de leche para la compañía.

La muestra es examinada en el laboratorio de la elaboradora. Si la leche cumple con los parámetros de calidad, la procesan y venden el producto. Si detectan algún problema en el laboratorio, avisan a la vaquería y proceden a resolver el asunto.

Salud de las vacas

“Los problemas en las vaquerías aumentan cuando hay mucha agua. Cuando hay mucha precipitación la vaquería sufre. La humedad es enemiga de las patas de las vacas. Les da hongo y bacterias. También le da mastitis (enfermedad en la ubre), porque las vacas se acuestan en el fango y por ahí entra la enfermedad. Suben lo que se llama células somáticas, si es un ordeñador que sabe, pues va a ver un color distinto en la leche. Entonces rápido va a sacar a esa vaca a parte y te va a dar el tratamiento correspondiente”, explica el veterinario Gaspar Dávila.

Si la leche empieza a cortarse o si se torna amarilla hay problema, dice el médico veterinario con práctica clínica en Guaynabo.

La mayor parte de los problemas en la vaquería los resuelven los ganaderos. Ellos aplican los medicamentos al ganado bajo supervisión y educación del veterinario. El veterinario es quien expide las recetas.

En cuanto al uso de hormonas. La hormona legal que comúnmente se utiliza para las vacas lecheras en Puerto Rico es Lutalyse. Se usa para sincronizar el celo en vacas, cerdas y yeguas.

Durante su uso no hay tiempo de descarte. O sea, se puede consumir la leche durante el empleo de la hormona porque de acuerdo con el veterinario, no ocasiona daños al animal ni a los humanos.

Moscas y garrapatas

El calor y la humedad hace que aumente la población de moscas y garrapatas. Las crecientes de los ríos arrastran las garrapatas y las traen a las fincas en donde no hay.

Hay dos enfermedades bien importantes causadas por moscas y garrapatas, indica Gaspar Dávila.

Anaplasmosis, transmitida por moscas y garrapatas. De acuerdo con el médico, se puede controlar y curar con el fármaco terramicina.

Piroplasmosis o babesia, un parásito que vive en la sangre y es transmitido por la picadura de las garrapatas. Esta enfermedad causa estragos en la industria lechera. Si no se atiende con prontitud, las vacas orinan sangre y se mueren.
Economista exhorta a tomar más leche fresca

Tomás Vélez Calderón, economista de la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL), manifiesta que en Puerto Rico hay 300 vaquerías reglamentadas.

Estas vaquerías producen unos 260 millones de cuartillos de leche anuales.

De esa cantidad, se usan 200 millones de cuartillos de leche fresca y 20 millones de cuartillos de leche UHT (de cajita) al año, explica el economista.

Sin embargo, Vélez certifica que el consumo de leche fresca en Puerto Rico ha disminuido por varios factores que incluyen: la salida de la población de la Isla y el incremento en la población de personas de 65 años de edad o más.

La gente mayor tiende a consumir UHT por la conveniencia, porque dura más tiempo la leche (9 a 12 meses) y dejan de tomar la leche fresca”, señala el funcionario de ORIL.
La llegada de diversos productos “llamados leche”, como leche de almendra, soya o coco también ha tenido su efecto, admite Vélez a Go! Healthy PR.

Esas bebidas “tienen menos calorías, no necesariamente tienen la misma calidad de proteína que la leche de vaca”, puntualiza Vélez.

El economista de ORIL, exhorta a la gente a consumir más leche fresca. “Nuestra leche fresca es 100% local, nutritiva y es regulada eficientemente”, asegura.

La calidad de la leche que se elabora en las tres plantas existentes en Puerto Rico, está reglamentada por la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL), la cual establece los parámetros y supervisión del proceso en todas sus fases, compartió con Go! Healthy PR, el licenciado Edmundo Rosaly, administrador de ORIL adscrita al Departamento de Agricultura de Puerto Rico.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]