A todo mundo preocupa su piel y hay que comenzar a cuidarla, ya que con el paso del tiempo se oxida y va perdiendo su capacidad de producir proteínas, entre ellas las prioritarias: colágeno y elastina que le dan firmeza.
Una forma de contrarrestar los efectos del dios cronos es consumir leche a diario en proporciones adecuadas, lo que ayuda a cuidarla, protegerla y a prevenir el envejecimiento prematuro gracias a su alto contenido de proteínas y vitaminas A, B, D y E.
La dermis
A casi nadie se le escapa el detalle que la piel es el órgano más grande y uno de los más importantes del cuerpo por su función protectora y térmica, y una alimentación adecuada es primordial para mantenerla hidratada y a salvo de agentes externos como calor, frío y aire, así como de la agresión de radicales libres.
Algunas propiedades de la leche que juegan un rol importante en la salud y belleza de la piel:
– Vitaminas
A: Ayuda al crecimiento y reparación de los tejidos del cuerpo, mantiene la piel suave, flexible y sana.
B: Acelera el metabolismo celular, revitaliza y además mantiene el tono de piel y su textura natural.
D: Es un nutriente esencial, porque aparte de que ayuda a la absorción de calcio, previene daños como las estrías y da luminosidad al rostro.
E: Es un potente antioxidante. Previene el envejecimiento prematuro. Protege a la piel contra los radicales libres.
– Ácido láctico: Es uno de los mejores exfoliantes, desprende las células muertas y ayuda a la dermis a regenerarse. Reduce los poros abiertos y así evita impurezas como puntos negros y barros. Contribuye a disminuir los efectos dañinos de los rayos solares.
– Proteínas: Son vitales para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de tejidos. Su alto contenido en aminoácidos contribuye a la producción de colágeno y elastina que brindan firmeza y elasticidad a la piel.
– Minerales: La leche es rica en calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio y zinc, su combinación acelera los mecanismos de defensa en el proceso de la reparación de la piel dañada, son esenciales para mantener la hidratación y oxigenación de este órgano.
Una rutina de limpieza facial en combinación con una dieta equilibrada brinda cuidados y nutrientes fundamentales.
Consumir leche clásica, light, deslactosada, semi o selecta ayudará a mantener la piel hidratada, mejorar su aspecto, protegerla y lucirla bonita y saludable.