En Puerto Rico, el 1952 es sinónimo de historia. Fue en ese año cuando se aprobó la constitución y se creó el Estado Libre Asociado. Pocos saben, sin embargo, que en ese año también nació Indulac.
Esta empresa puertorriqueña —que genera sobre 100 empleos directos y 300 indirectos— se estableció con el propósito de maximizar el consumo de la leche fresca del país y evitar el desperdicio del excedente. Este sobrante sale directamente de las vaquerías locales. De eso da fe Manuel Martínez, quien lleva más de 30 años supliéndole leche a Indulac.
“En esta vaquería, los trabajos comienzan a las cuatro de la mañana, porque a las cinco se ordeñan las vacas. Esa es la leche que llega directamente a la planta y de ahí a los hogares puertorriqueños. Es un producto fresco que se hace a diario”, explicó Martínez.
Y es que el trabajo en su finca, en Vega Baja, no se detiene. Las vacas se ordeñan dos veces al día —en la mañana y en la tarde—, los siete días de la semana. A las cinco de la tarde las reses saben que llegó la hora de alimentarse. Se acercan al área de ordeño, donde comen mientras se les extrae la leche.
Además de las variedades de leche —sin grasa, sin lactosa, y con sabor a vainilla, fresa o chocolate—, del excedente de leche surgieron los primeros productos lácteos de la isla, que fueron el queso blanco y la mantequilla, expuso el presidente de la compañía, Francisco Oramas Irizarry, quien aseguró que todos los productos se distinguen por su calidad y frescura.
Leche con durabilidad de hasta un año
Frescura aparte, otra característica de la leche que se produce en Indulac es que tiene una duración mayor que otras. Sin abrir, puede durar hasta un año. Esto se debe a que pasa por un proceso de ultrapaustarización, en el que está varios segundos en temperaturas elevadas para matar todos los microorganismos patógenos. Luego pasa al proceso de llenado y envase.
Eso último —el envase— es otro de sus mayores beneficios, pues es de fácil almacenaje. Todo esto propició que muchos boricuas optaran por comprar leche Indulac luego de que el huracán María dejara a casi toda la población sin energía eléctrica.
No obstante, el lograr que los productos estuvieran disponibles en los supermercados fue un gran reto para la compañía, que operó a menos de una semana del paso del ciclón. La dificultad fue que por varias semanas esta planta recibió el 100% de la producción de leche local, ya que la mayor parte de la población no tenía servicio de energía eléctrica para poder refrigerar otra leche.
“Al cuarto día después del huracán, Indulac estaba lista para distribuir sus productos. Uno de los mayores retos fue recibir toda la producción de leche y manejar tanto volumen. Pero pudimos trabajarlo. Lo más importante es que pudimos llevar el producto a las tiendas”, sostuvo Oramas Irizarry.
Operación liderada por ganaderos boricuas
Los productos de esta empresa no solo son confiables para el consumidor, sino también para el proveedor, en este caso, los ganaderos. Y es que Indulac pertenece a la Cooperativa de Productores de Leche (COOPPLE), creada hace varios años para acoplar a los ganaderos de Puerto Rico. Bajo este modelo, son los ganaderos por medio de la cooperativa quienes manejan la planta, encargándose de la producción de los productos.
“Siempre hemos dicho que Indulac es un modelo para las otras industrias agrícolas, porque crea un balance entre producción, venta y mercadeo. Así se garantiza que nada se pierda y todo vaya al consumidor”, manifestó Juan Carlos Rivera, presidente de COOPPLE.
En esa búsqueda de cumplir con la misión que fundó la planta —es decir, que no se pierda una sola gota de leche—, los puertorriqueños que no viven en la isla también pueden disfrutar de estos productos que son exportados a lugares como Florida y Nueva York. Además de expandir su distribución, el presidente de Indulac adelantó que tienen un itinerario de lanzamiento de nuevos productos que anunciarán próximamente.
“Constantemente nos mantenemos buscando qué podemos proveerle al consumidor dentro de la marca”, expresó Oramas Irizarry.